El ordenador, ¿es un electrodoméstico, una herramienta de trabajo, un índice económico, un artículo de ocio...? Es fácil que se produzca el consenso y que lo aceptemos como un compendio de todas esas variantes. En otro aspecto hemos de estar forzosamente de acuerdo: para conocer el manejo de un ordenador no es necesario ser experto en informática. Es para todos nosotros, quienes nos sentamos ante un ordenador por devoción u obligación, a quienes se dirige SUPER PC. En estas páginas pretendemos que se estreche la amistad lógica que debe existir entre el hombre y la máquina, entre el ser humano y su segundo cerebro. Hay que facilitar la comunicación, y extraer el mayor provecho posible a las prestaciones del que debiera convertirse en uno de nuestros mejores auxilios.
Como electrodoméstico, debemos tenerlo siempre a punto para que no nos deje con la tarea a medio cumplir: como herramienta de trabajo, sus bases de datos, sus procesadores de textos u hojas de cálculo —por citar las tres aplicaciones más difundidas—, deberían de trabajar a toda potencia y con todas sus aplicaciones: como índice económico, ya escribió hace más de diez años S. Schreiver que la informática sería el reflotador económico tras la crisis que se avecinaba después del imperio del petróleo. Restan todavía otras vertientes, como la lúdica o la relativa a la enseñanza. En todas ellas, el ordenador ejerce como amalgama o nexo de unión. Por eso, nuestra labor en SUPER PC es reunirlas a todas y contar sus beneficios, provechos y maneras de optimizarlas. Resultaría muy prolijo enumerar todas las posibilidades que nos brinda el ordenador, pero también sorprendente. En este número hay pruebas inequívocas, como el desarrollo de la telemetría en el mundo del motociclismo o las facilidades de comunicación que brinda el Ibertex. Puede que sea exagerado afirmar que el chip era el punto de apoyo que buscaba Arquímedes para mover el mundo, aunque no es descabellado proclamar que la mayoría nos movemos en torno a un aparato egocentrista, alguien capaz de darnos todo cuanto esperamos de nuestro mejor y más fiel amigo, un compañero, en fin, llamado ordenador.